Rolos Vs Paisas

11.11.2008 11:32

 QUIEREN SER EL OMBLIGO DEL MUNDO                                                                 

¿Para quién de nosotros es desconocido que de alguna manera rolos (Bogotá) y paisas (Antioquia) se llevan una “cosita” que aunque haya una relación diplomática no deja de estar presente? ¿Quién,  como buen paisa que se respete  no ha hablado mal de un rolo, o no ha escuchado a alguien hablar mal de los rolos y de sus costumbres? Parecería que fuera una tradición pasada de generación en generación. Durante toda la vida la competencia entre estas ciudades ha influido entre los ciudadanos mostrando una apatía mutua, pero silenciosa, que sacan a relucir mediante comentarios y chistes que de una u otra forma sectorizan, demarcan y denotan las características de una región y sus habitantes. Es que el acentito, su prepotencia y su elitismo no le ayuda, dirán los paisas; es que sus ganas de sobresalir cueste lo que cueste y su espontaneidad no colabora para nada, dirán los rolos. En fin paisas y rolos llevan siglos de hostilidades, compitiendo, tratando de demostrar quienes son mejores que otros.

Para analizar este tipo de guerra, es indispensable remitirnos a la historia, y comenzar desde el momento de la conquista española y, especialmente en la Colonia, se inició el proceso de construcción regional en lo que hoy es la República de Colombia. Un examen de la Cartografía Histórica del País, muestra como en 1685, ya se distinguían en nuestro territorio las regiones de Río de la Hacha, Santa Marta, Cartagena, Popayán y Granada, denominadas como provincias, las cuales evolucionaron para consolidar hacia el siglo XIX las regiones de Bolívar, Magdalena, Antioquia, Tolima, Santander, Cundinamarca, Boyacá y Cauca. Esta regionalidad histórica fue un factor importante en el desenvolvimiento del proceso de organización político-administrativa del país en el siglo XIX. Cada una de las regiones poseía su propia economía de autoabastecimiento, su cultura o género de vida, como resultado del aislamiento producido por los accidentes orográficos y por las pésimas condiciones del transporte que constituían serias barreras a la interacción regional.

Antes de 1850, no existía una economía nacional integrada, es decir, no existían relaciones comerciales estables entre las diferentes regiones de la Nueva Granada. El país era, entonces, un país de regiones históricamente construidas, con cierta homogeneidad cultural, expresada en sus valores espirituales (lenguaje, religión, costumbres, ideología), experiencia histórica vivida, estructura social y territorialidad: la cultura opita en la región del Tolima Grande, la cultura paisa en la región antioqueña incluyendo el Viejo Caldas, la cultura costeña en las regiones de Bolívar y Magdalena, la cultura santandereana en los santanderes, la cultura cundiboyacense, la cultura pastusa, etc.

De este modo, las ocho regiones históricas del país: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Santander y Tolima que en 1863 constituían los Estados Unidos de Colombia y que en 1886 fueron convertidos en departamentos, son paulatinamente divididas, al desmembrar de éstas nuevas entidades territoriales: la región de Bolívar fue dividida en tres departamentos: Bolívar, Córdoba, creado en 1951 y Sucre en 1966; la región del Magdalenaen cuatro: Magdalena, Atlántico, creado en 1905, La Guajira en 1964 y Cesar en 1967; la región de Santander en dos: con Norte de Santander creado en 1910; la región del Tolima en dos con el Huila que se crea en 1905; la región de Antioquia, en cuatro: Antioquia, Caldas creado en 1905 y Risaralda y Quindío creados en 1966; La región de Boyacá en tres: Boyacá, Casanare y Arauca.

Los nuevos departamentos, aunque en principio aparecían como algo extraño a la conciencia territorial de la población, cuya identidad estaba más próxima a la región "madre", con el paso de los años fueron construyendo su propia identidad, generando una nueva conciencia regional y una nueva iconografía.

Bogotá era una ciudad bastante aislada, pues las vías terrestres de comunicación eran muy precarias; esta situación no le permitió tener un contacto importante con lo que ocurría en el resto del mundo y tan solo a fines del siglo ese aislamiento fue cediendo gracias al ferrocarril y a algunas carreteras que le permitieron a la ciudad un cierto contacto con el río Magdalena y a través de éste con la costa Caribe.

A raíz de este aislamiento, muchas regiones del país, comienzan a sentir que no son representados en el gobierno iniciado desde Santa fe de Bogota, entre ellos Panamá, Antioquia, Barranquilla. Después del grito de independencia, a finales de siglo XIX –XX, (1889 -1902) todos los estados colombianos iniciaron una batalla entre ellos mismos, lo que provoco una guerra civil, “la guerra de los mil días”, en esta guerra Colombia perdió a Panamá, a partir de allí podemos iniciar rivalidad entre regiones por el poder. Antioquia es el departamento federal con inicios en el comercio por el desarrollo de la industria cafetera.

 

Aquí se empieza de dibujar lo que años más tarde se conocería como la rivalidad invisible entre ciudades, que se delinearía de muchísimas maneras. “La ciudadanía informal tiene un rostro violento. A finales de los años setenta Walton (1976, 1977) introdujo el concepto de “ciudades divididas”. Durante los años ochenta las ciudades “divididas” o “fragmentadas” fueron analizadas sobre todo en términos de la miseria o la exclusión urbana y fueron generalmente tipificadas en términos de la dicotomía entre las elites y la clase media alta versus los pobladores “olvidados” de las favelas o barriadas.[1] Sin embargo, a partir de los años noventa, se comenzó a identificarse las profundas divisiones urbanas con la falta de seguridad humana y la falta de la presencia de autoridades protectivas en las partes descuidadas del territorio urbano, donde la pobreza suele coincidir con la violencia.” Bibliografía Reflexiones sobre el futuro de la democracia en América Latina: Ciudadanía informal y exclusión-con-violencia en precario equilibrio, Dirk Kruijt.

 

Podemos establecer un tipo de rivalidad entre estados, entre federalista y centralista, en este caso, Antioquia seria la región federalista tratando desde los inicios de ser una región autónoma, y Bogota sería la región centralista que desde sus inicios, ha sido la central de todos los poderes.  Esto desata un número de episodios políticos que muestran la rivalidad entre las dos regiones más importantes del país y que de algún modo sirve para hacer que ambas ciudades se desarrollen cultural, industrial, política y geográficamente.

 

La rivalidad entre ambos viene desde muy atrás, la propia constitución del grupo de colonizadores antioqueños y de la sabana es muy diferente. Antioquia fue aislándose entre montañas (el mundo de campesinos). Entre tanto Bogotá ciudad de virreinatos no veía los subordinados. Como lo hemos mencionado anteriormente era una ciudad de régimen centralista, siempre se han creído el centro, lugar de cultura, capital política. Después de la independencia Antioquia se caracteriza por ser una región conservadora: la Bogotá del S. XIX liberal radical, desde entonces existía un rival.

 

Antioquia se hermetizaba cuando trataban de mostrarnos de una manera distinta, el régimen federal antioqueño se sostuvo hasta 1886, pero las ideas liberales fueron haciendo estragos dentro de la conciencia antioqueña (La guerra de los changos). Hasta ahí llegó el estado soberano de Antioquia.

 

Éste debate político ideológico y militar, arrastró con la concepción de rivalidad entre las dos ciudades. Una de las consecuencias positivas de esta guerra fue la aparición de la Universidad de Antioquia, esto se dio dado que en la Universidad Nacional de Bogotá negaban las becas de educación para los estudiantes antioqueños, prefirieron entonces crear la U de A y una sede de la Universidad Nacional.

 

 

Culturalmente paisas y rolos se enfrentan hasta nuestros días a una rivalidad constante. La cultura paisa es caracterizada por el amor a su departamento, por su empuje, su espontaneidad, su emprendimiento en los negocios, como no los deja saber el ex presidente Belisario Betancur Cuartas en su documento DECLARACIÓN DE AMOR, Del modo de ser del antioqueño. “¡Antioqueños! Millones y millones de seres que arrancando de la simiente mártir del mariscal Robledo, encarnaron en próceres de la guerra y de la paz; en poetas y músicos; pensadores y escritores; en empresarios y trabajadores de la mina y el agro, la fábrica y la tienda; en aventureros y patriarcas; en conquistadores de renombre y en innúmeros héroes anónimos, y en todas esas mujeres admirables que han sido nuestras madres, esposas, hermanas e hijas, hicieron posible, ellas solas, en su sacrificio y su vigilia, este milagro de la raza en pie. ¡Arriba Antioquia, por Colombia!” “Que somos aventureros y rebuscadores, ¿quién lo niega? La presencia de nuestros paisanos en toda la geografía colombiana es un hecho evidente porque lo dicen hasta en los nombres que ponen a sus colonizaciones, como Medellín del Ariari. Pero no son capaces de contenerlos tampoco las fronteras patrias, y nos hemos desparramado por el mundo en las condiciones y oficios más disímiles. ¿Acaso no hemos oído la historia del vendedor del "manjar de Alá" en uno de los mercados populoso del Medio Oriente, que fue reconocido por uno de los turistas, a quien él tuvo el agrado de ofrecerle una deliciosa mazamorra antioqueña? ¿Y acaso no hemos asistido en éxtasis en la plaza de los pueblos o en Guayaquil, a la exposición exhaustiva del culebrero -nosotros mismos- que vende las curativas pomadas indostánicas, hechas la víspera en el hotel y con mágicos poderes curativos?

Como éstos, tantos: unos como científicos, otros, como operarios; los más, como negociantes, pero todos ellos dejando la huella de su paso en diversas latitudes.”

 

A Antioquia, más que la geografía, la identifica una raza. Y Medellín no es solamente la ciudad capital de ese pujante departamento, sino que es el símbolo que sintetiza la imaginación creadora, la voluntad dinámica, las virtudes espirituales de ese pueblo maravilloso, que después de los conquistadores hispánicos fue el verdadero constructor de nuestra nacionalidad. (Misael Pastrana Borrero[2]).

Por otro lado, la cultura bogotana se caracteriza por ser cultos, refinados, estudiados, calculadores, elitistas y frívolos. Sin embargo, el desarrollo de la ciudad en el campo del arte permitió que la población estuviera en contacto con las diferentes universidades, museos y teatros.

"Hay choque de civilizaciones especialmente entre aquellas culturas que siempre han tenido algún tipo de rivalidad, en todas las civilizaciones no pasa lo mismo. Por eso la relación entre las dos culturas es particular y debe ser tratada particularmente como el propio Samuel Huntington lo hace, pues él habla de un mundo cada vez más pequeño en el que las culturas y civilizaciones se acercan y se tocan entre sí. Eso es irrefutable. La famosa globalización sí existe. Lo que pasa es que, primero, no siempre se manifiesta de una forma violenta y, segundo, esa dinámica violenta no tiene necesariamente los cauces de terrorismo y de violencia material que muchas personas creen que debe tener.

 

Medellín ha ido creciendo, se ha ido convirtiendo en una sociedad de civismo, se ha preocupado por hacer bibliotecas, por crear un plan organizado de luz, acueducto, ha reinventado su espacio público con edificios restaurados y plazas rediseñadas. Estas construcciones son evidencias de un plan de mejoramiento del centro que se viene dando en los últimos años hacia delante está el ordenamiento del transporte público y la construcción de corredores para un sistema de mediana capacidad que funcionará integrado al metro, conectará escenarios tradicionales y contemporáneos mediante unos ejes que inviten a caminar y a descubrir la ciudad.

 

Desde el ángulo económico, en el nivel nacional, la importancia de Bogotá se refleja a través de su contribución del producto interno bruto en el cual participa con cerca del 21%. Particularmente la industria manufacturera de la capital constituye un tercio de la producción y del empleo del sector; sin embargo en términos de especialización no es la ciudad más industrial del país: su relación de ocupados en la industria respecto a cada mil habitantes es de 34 contra 61 en Medellín siendo aún menos especializada industrialmente que otras ciudades. Comparado con Medellín el tamaño promedio de los establecimientos industriales es menor (74 empleados contra 98).  

 

“En el escenario social del Medellín de 1920 y 1950 hubo siempre, al lado de la burguesía nueva, audaz y emprendedora, una burguesía de viejo cuño conservador, no en la acepción política del término, sino en su estructura mental, esta opero en el campo de la propiedad raíz como su elemento natural, y en el campo financiero que le surgía en paralelo, también naturalmente. A veces coincidieron intereses de una y otra burguesía; en algunos ejemplares existieron toda su vida; a veces discreparon, especialmente cuando la burguesía moderna urbanizadora se lanzó audazmente al riesgo, pero siempre pudieron identificarse sus perfiles humanos representativos.”

 

En el poder político Antioquia es muy recursiva, industrialmente Antioquia se ha destacado con la creación de las principales empresas del país. La naciente economía de exportaciones de productos como la quina y el café, en especial de este segundo, permitió el desarrollo de los ferrocarriles que fue una de las obras de ingeniería de mayor dificultad que se conoció en su época gracias a Francisco Javier Cisneros.

A lo largo de los últimos 50 años Medellín ha mostrado unos índices representativos de desarrollo, que explican el contexto urbano actual; tanto en sus aspectos de mayor adelanto, como aquellos en los cuales se presentan deficiencias. Al citar los aspectos más significativos tenemos que referirnos al ferrocarril de Antioquia, a los servicios municipales prestados por EPM, la protección aduanera puesta en vigencia a raíz de la crisis de 1930, que dio lugar al desarrollo industrial, a la aviación, al plano regulador levantado por los urbanistas WEINER y SERT, y sobre todo a la contribución de valorización que permitió realizar su primer plan de desarrollo. Así mismo podemos citar al Metro de Medellín, el desarrollo de las telecomunicaciones y la creación del área metropolitana. 

 

A diferencia de la organización que han demostrado algunas empresas antioqueñas, como Empresas Públicas de Medellín (EPM), que en algún momento se permitió cobrar unas tarifas de servicio bastante económicas comparada con el promedio nacional, contrariamente a la malversación de sus tácticas EEEB (Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá) tendría que disminuir sus tarifas, privándose así de buena parte de sus recursos para ajustarse al nuevo esquema que impuso la empresa antioqueña. Esto condujo a una fusión actual de ambas empresas.

 

La ciudad del caos, la inentendible que expresaba su necesidad de cambio en los primero cuatro años de la década de los noventa, entra en una nueva etapa que definirá algunos cambios en poco tiempo: el primero de enero de 1995, Antanas Mockus, acompañado de un nuevo grupo de pensadores urbanos, asume la dirección del distrito capital de Santa Fe de Bogotá, desde su campaña electoral, incluso años antes, con los procesos de transformación política que venía viviendo el país en general. La metodología de aproximación a la ciudadanía empleada por Mockus, novedosa y pedagógica, logró una inusual cultura política colombiana; que posteriormente sería retomada por la alcaldía de Medellín. La aparición de la cultura ciudadana promovida desde las administraciones distritales, entre el año 95 y el 2000 –Mockus, Peñalosa- comienzan a reconstruir a Bogotá a través de las palabras y las imágenes propuestas en los diferentes medios de comunicación creando y fortaleciendo una responsabilidad ciudadana en el cumplimiento de las normas mínimas de convivencia.

 

Finalmente, la rivalidad entre estas dos ciudades, que se remonta a la época de la colonización y el virreinato, ayudó directa o indirectamente a importantes procesos y a cambios culturales y sociales. 

 

“En Bogotá y en Medellín, gobernar y ser gobernado ha sido manejado desde 1995 como una forma narrativa de hacer democracia; una búsqueda –no siempre exitosa- de argumentaciones racionales que lleven a los ciudadanos a entender las reglas que rigen la convivencia urbana, igualmente a validar públicamente las decisiones tomadas por el gobierno (consejos comunitarios Presidente Uribe).

La construcción de discursos urbanos se constituye, entonces, en un punto de partida fundamental para la ciudad como sistema de comunicaciones y, sobre todo, para sus formas de gobierno. La ciudad es vivida como fragmentos comunicativos, vistos éstos como imágenes, símbolos, recorridos urbanos y hasta interacciones entre ciudadanos, que constituyen una pieza central para producir los cambios culturales que ella necesita.”      

 

Haciendo referencia al documento La conciencia semiótica  de la ciudad tomamos un apartado en el que su autor, Rocco Mangieri, cita a Greimas: “El lenguaje espacial aparece como aquel mediante el cual una sociedad se significa a sí misma.” 

 

Sintopía: El paisa, “Quizás lo más feo del paisa es que queremos ser una tribu. En cualquier ciudad, en cualquier región, hay gente de todas clases. Hay gente buena y hay pícaros; hay gente simpática y antipática; hay personas generosas y amarradas. Pero aquí exigimos que nos juzguen en bloque, que hablen de "los paisas" o de "los antioqueños". Y por supuesto, reivindicamos como antioqueño solo la parte buena de la tribu: son antioqueños los deportistas que ganan, los políticos que triunfan, los empresarios exitosos, pero no parecen antioqueños los desempleados, ni los pobres, ni los empleados corruptos, ni los delincuentes, ni las putas que tanto les gustan a muchos antioqueños “(Clarita Gómez de Melo. “Lo feo del paisa”[3]). Gómez, Clarita. “Lo feo del paisa”. Lecturas Dominicales. El Tiempo. Bogotá, abr. 21 de 2000, p. 3.

 

Heterotopía: El rolo, “Es ostentoso, politiquero, gastador, de clase ociosa, ellos se creen el ombligo del mundo.” (Jorge Alberto Naranjo, profesor Universidad EAFIT)

 

Utopía: en el caso de los paisas, podría su ambición de ser la capital colombiana, y en el caso de los rolos convertirse una ciudad cosmopolita.   

 

BIBLIOGRAFIA

ARANGO, Gonzalo. Memorias de un presidiario dadaísta. En Murillo, Gonzalo, op. cit., p. 34.

BETANCUR CUARTAS, Belisario,.Documento DECLARACIÓN DE AMOR, del modo de ser del antioqueño.

 DIRK Kruijt,  Reflexionessobre el futuro de la democracia en América Latina:Ciudadanía informal y exclusión-con-violencia en precario equilibrio.

GÓMEZ, Clarita. “Lo feo del paisa”. Lecturas Dominicales. El Tiempo. Bogotá, abr. 21 de 2000, p. 3.

JARAMILLO MORALES, Alejandra. Bogotá imaginada. Narraciones Urbanas cultura y política. Colombia 2003

NIÑO MURCIA, Soledad y LUGO TORRES, Nelson. Territorio del miedo en Santa Fe de Bogotá. Imaginario de los ciudadanos.TM Editores. Colombia 1991.

 O’DONNELL Refiere a esta dicotomía describiendo las actuales fronteras internas de América

Latina. 2003: P.14-15

SANTANA, Pedro y compañía. Bogotá, Retos y realidades. Coedición. Bogotá 1998

 “La ciudad y la concordia republicana”. El Colombiano. Medellín, nov. 2 de 1975, p. 3. Cit. Murillo, 1999, p. 33.

Entrevista Jorge Alberto Naranjo, profesor Universidad EAFIT.

 

 

 



[1] O’Donnell (2003: 14-15) refiere a esta dicotomía describiendo las actuales fronteras internas de America Latina.

[2] “La ciudad y la concordia republicana”. El Colombiano. Medellín, nov. 2 de 1975, p. 3. Cit. Murillo, 1999, p. 33.

 

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